La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera prematuro a todo aquel niño que nace con
menos de 37 semanas de edad gestacional (259 días) diferenciando varios grupos según el peso del bebé:
Prematuros leves, casi a término: entre las 35 y las 37 semanas.
Prematuros moderados: entre las 32 y las 35 semanas
Muy prematuros: entre las 28 y las 32 semanas
Prematuros extremos: nacidos antes de las 28 semanas de gestación
Siempre consultar su pediatra. Lo importante es que crezca a su ritmo, no se estanque y se
noten sus progresos.
El bebé recién nacido percibe y siente todo lo que sucede a su alrededor, tanto las alegrías como los temores, tensiones o enfados y necesita expresarlo, es su forma de comunicarse.
El cuerpo del bebé se convierte en un libro de lectura,
el comienzo perfecto para una relación llena de afectos entre padres e hijos.
El juego para el niño pequeño está bañado en sensaciones, emociones y relaciones,
pero no en reflexiónes.
El juego, de esta manera se convierte en el trabajo del niño donde a través de
la diversión adquiere el conocimiento y tú como mamá o papá irás creciendo con
él adquiriendo sabiduría.
Gracias a los reflejos el bebé de 1 semana de vida, puede realizar diversos movimientos. Acompaña estos movimientos con armonía.
Además de alimento y cuidados higiénicos, el bebé necesita el amor y el calor maternal,
reclama ternura y busca el contacto humano más estrecho.
Tener en cuenta que en las primeras semanas el bebé no es capaz de
variar posturas por ellos mismo, ni siquiera quitar el bracito si
queda debajo de su cuerpecito.
Tu hijo necesita estar en contacto con la piel de tus manos. Caricias lentas, suaves y cálidas que abarcan su cuerpo desde la cabecita hasta los pies.
La sabiduría del recién llegado es fascinante.
Dispone de una gama amplia de destrezas sensoriales y perceptivas.
A través de sus sentidos capta todas las experiencias.
Es el momento de mirarle a los ojos, abrazarle para que sienta el olor y el
sabor de los besos. Sentir la cálida piel de mamá a la vez que escucha sus palabras de amor
para afrontar la gran aventura de la vida
A la medida de madurar su mente manifestara reacciones voluntarias
para interactuar con el mundo.
Se ha demostrado que el canto materno reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumenta la oxitocina (hormona del bienestar), lo que produce un sentimiento de confianza e intimidad que fortalece el vínculo familiar.
Además, la adquisición temprana del ritmo y de los contornos melódicos a través de la canción, tiene grandes ventajas en el desarrollo motor y lingüístico del bebé.
Para que el bebé tenga un desarrollo emocional armónico es fundamental el tipo de
vínculo afectivo que establece con la madre o sustituta.
Una presencia estable, amorosa, sosegada y próxima corporalmente es necesaria para
obtener dicho desarrollo de forma óptima, incluso desde los primeros días de la vida.
El bebé necesita una figura de apego que le dé seguridad para que dentro
de su pequeña mente pueda aparecer el concepto del «otro».
Juntos muy pegaditos al principio y lentamente separados después.
Su desarrollo en estos 3 primeros meses será sorprendente y los
brazos amorosos de los padres le sostendrán en sus primeros avatares de la vida.
El contacto con tus manos lleno de amor con caricias largas y cálidas.
Él necesita acostumbrarse a muchas sensaciones nuevas que pasan por su pequeño cuerpo:
hambre, frio, dolor y una gran soledad. El pequeño demanda protección y amparo.
La comunicación positiva con el bebé, el intercambio de mensajes no verbales que parte de lo
más profundo de tu ser logrará que el pequeño descubra el sentido de la felicidad interior y tú
la satisfacción y la paz de ser el mejor padre.
El cuerpo de mamá y papá se convierte en un lugar acogedor y confortable para el bebé que refuerza los
lazos afectivos entre ambos.
Juntos muy pegaditos al principio y lentamente separados después.
Su desarrollo en estos 3 primeros meses será sorprendente y los
brazos amorosos de los padres le sostendrán en sus primeros avatares de la vida.
Al coger el bebé cuando lo levantamos, podemos observar que los ojos y el cuerpo se empiezan a coordinar. Al levantarlo abre los ojos y al tumbarlo los cierra. Estos movimientos oculares indican que la visión y la postura han empezado a organizarse en relación con la gravedad que se ha encontrado al nacer.
Poco a poco aprende a enfocar con ambos ojos y seguir objetos en movimiento.
Para fomentar esta nueva habilidad es conveniente estimular su visión con juguetes especialmente
diseñados para ello.
Puede que no parezca, pero los bebés nacen juguetones. Aunque un bebé de un mes no interactúa mucho,
hay muchas cosas que puedes hacer para estimularla y sentar las bases para futuros juegos.
Debido a que su visión es bastante difusa, los bebés de un mes
están más interesados en las caras de mamá y papá, dibujos en blanco y negro e imágenes geométricas
(por contraste) y juguetes que son fáciles para agarrar y hacer ruido, como sonajeros y
suaves cascabeles.
Los tres primeros meses del recién llegado se convierten en la primera etapa del desarrollo humano
después de un largo viaje hacia un mundo nuevo, un mundo desconocido, ruidoso, excesivamente luminoso y
sin la cálida protección de la tripita de mamá, que lo ha acogido durante nueve meses.
Los BEBÉS son grandes expertos que saben que el mundo tiene una nueva oportunidad con su llegada
y, para hacer realidad sus sueños necesitan de comprensión, amor incondicional y sabiduría.
Aunque ahora no puede decir ni una palabra, si pasas tiempo con tu hijo y le prestas atención muy
pronto sabrás diferenciar los llantos o quejas que significan "Estoy cansado", de los que quieren decir
"Tengo hambre", "Cámbiame el pañal" o "Quiero jugar".
La música es universal. Hay sociedades sin escritura, pero ninguna sin música.
A lo largo de la historia, desde las primeras tribus hasta la actualidad,
la música ha formado parte esencial de la existencia humana.
La música es un estímulo sumamente completo, y engloba procesos sensoriales,
cognitivos, emocionales y motores. Se podría decir que tiene una doble vertiente,
por un lado la parte artística, cultural, creativa y emocional. Y por otro, la parte
más intelectual, científica y técnica que comprende el conocimiento. Por ello,
la educación musical desde un punto de vista psicológico debe basarse en la
observación de cada una de las personas, con su diferente característica y
orientada a las distintas necesidades.
El bebé está en contacto con el mundo sonoro incluso antes de nacer. Todos los sonidos que escucha el bebé desde el vientre materno (respiración, el latido del corazón, la voz de la madre etc.) hace que el sistema auditivo sea el más desarrollado. De hecho, el bebé es capaz de discriminar todos los sonidos del mundo, y a medida que se va exponiendo a una cultura, con su específica lengua e incluso con sus ciertos estilos musicales, su cerebro va adquiriendo distintas capacidades. Por lo que aprovechar los primeros años para fomentar esta audición, es de gran importancia.
Además, la música es la llamada “lengua de las emociones”, y es que juega un gran papel en el mundo emocional del pequeño. Por ello, canta a tu bebé desde canciones infantiles de forma divertida, como dulces nanas para calmarle. Esta conexión provoca el aumento de la hormona de la oxitócina (relacionada con el amor) y reduce el cortisol (relacionada con el estrés).
Decía Platón que la música es uno de los instrumentos más poderosos de la educación. Ha sido relacionado con distintos procesos cognitivos, como la mejora en los sistemas atencionales, en la memoria, en áreas motoras, en la comunicación e incluso en las matemáticas. Pero no solo ello, la música motiva, inspira, permite a los más pequeños expresarse, a ser creativos, y lo más importante les permite aprender a través de la diversión. Un niño divertido, es un niño feliz.