La música es universal. Hay sociedades sin escritura, pero ninguna sin música. A lo largo de la historia, desde las primeras tribus hasta la actualidad, la música ha formado parte esencial de la existencia humana.
La música es un estímulo sumamente completo, y engloba procesos sensoriales, cognitivos, emocionales y motores. Se podría decir que tiene una doble vertiente, por un lado la parte artística, cultural, creativa y emocional. Y por otro, la parte más intelectual, científica y técnica que comprende el conocimiento. Por ello, la educación musical desde un punto de vista psicológico debe basarse en la observación de cada una de las personas, con su diferente característica y orientada a las distintas necesidades.
¡Cada niño tiene su proceso evolutivo, permítele crecer a su ritmo!
El bebé está en contacto con el mundo sonoro incluso antes de nacer. Todos los sonidos que escucha el bebé desde el vientre materno (respiración, el latido del corazón, la voz de la madre etc.) hace que el sistema auditivo sea el más desarrollado. De hecho, el bebé es capaz de discriminar todos los sonidos del mundo, y a medida que se va exponiendo a una cultura, con su específica lengua e incluso con sus ciertos estilos musicales, su cerebro va adquiriendo distintas capacidades. Por lo que aprovechar los primeros años para fomentar esta audición, es de gran importancia.
¡Habla y canta a tu hijo en diferentes lenguas, llegará ser bilingüe, trilingüe o cuatrilingüe!
Además, la música es la llamada “lengua de las emociones”, y es que juega un gran papel en el mundo emocional del pequeño. Por ello, canta a tu bebé desde canciones infantiles de forma divertida, como dulces nanas para calmarle. Esta conexión provoca el aumento de la hormona de la oxitócina (relacionada con el amor) y reduce el cortisol (relacionada con el estrés).
¡Ayudará mucho en vuestro vínculo afectivo!
Decía Platón que la música es uno de los instrumentos más poderosos de la educación. Ha sido relacionado con distintos procesos cognitivos, como la mejora en los sistemas atencionales, en la memoria, en áreas motoras, en la comunicación e incluso en las matemáticas. Pero no solo ello, la música motiva, inspira, permite a los más pequeños expresarse, a ser creativos, y lo más importante les permite aprender a través de la diversión. Un niño divertido, es un niño feliz.
¡Canta, baila, escucha música, toca distintos instrumentos junto con tu pequeño, le abrirás la puerta a un mundo fascinante!